EL MIEDO
Cuando hablamos del miedo hablamos de una emoción, que
junto a la alegría, tristeza, sorpresa, asco, ira… es considerada una emoción
básica
Todas las emociones son adaptativas e implican tres componentes distintos:
·
una experiencia
subjetiva
·
una respuesta
fisiológica
·
y una respuesta
de comportamiento o expresiva
Las emociones son multidimensionales y la misma
emoción puede darse de formas distintas en una misma persona o en diferentes
personas. Ya que cada una de estas dimensiones puede adquirir especial
relevancia dependiendo de:
·
una emoción
en concreto
·
en una
persona en particular
·
ante una
situación determinada
Por ejemplo:
·
“Estoy enfadado”
(experiencia consciente,/ subjetiva).
·
La respuesta
fisiológica (enrojecimiento facial, aumento del ritmo cardiaco,
tensión muscular…)
·
La
conducta expresiva (cejas fruncidas, escasa comunicación con los demás,
quejas constantes…)
Como vemos lo que pensamos, actuamos y sentimos está
íntimamente relacionado.
MIEDO Y ANSIEDAD
La ansiedad es la respuesta fisiológica que
acompaña al miedo. Es la activación que el organismo necesita para huir o
enfrentarse a un estímulo que provoca la emoción de miedo.
En las personas el miedo se da dependiendo de la interpretación que realicemos de la situación.
Es decir:
El estímulo no es en sí mismo el generador de miedo,
sino que es la percepción de seguridad o de control de la situación la que lo
convierte en algo temido o soportable.
El miedo se convierte en un problema cuando es
excesivo o inadecuado; es decir, cuando tal intensidad no nos permite
ser funcionales, reaccionar adecuadamente o cuando se produce ante situaciones
que en un principio, no son una amenaza.
Pensemos en el miedo que nos puede
producir un perro, al principio no hay problema, hasta nos evita alguno que
otro mordisco. Pero éste miedo nos impide visitar a unos amigos que además
tienen al can encerrado en el garaje.
Cuando los miedos resultan excesivos o irracionales,
se manifiesta ante un objeto o situación concretamente identificada, que
implica una evitación sistemática a esta situación u objeto y que puede
llevarnos hasta el grado de paralizarnos socialmente, es cuando se habla de fobias o fobias especificas.
En estas situaciones, basta con pensar en el objeto o
situación generadora de ansiedad para sentir la activación fisiológica y los
pensamientos catastróficos propios de su miedo.
La agorafobia,
es un tipo de fobia no especifica, es un miedo irracional e incapacitante,
todas las situaciones en las que la persona interpreta que huir o conseguir
ayuda es difícil o imposible, entonces evita alejarse de su casa, subir los
ascensores, tomar el tren…
Vemos como, de miedos que en un principio nos ayudan a
sobrevivir y adapartarnos a las situaciones peligrosas, pueden pasar a
convertirse en fobias irracionales que dificultan nuestra vida y pueden generar
un gran malestar para la persona que los sufre.
Todos los miedos y fobias pueden desaparecer y tienen
tratamiento.
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