El valor de iniciar el cambio
Una tormenta terrible. El viento azota el océano y remueve sus olas convirtiéndolas en crestas amenazantes salpicadas de espuma de mar. Pero debemos ser fuertes, levantar nuestras velas y agarrar con fuerza el timón de nuestra pequeña embarcación para adaptarnos a esos movimientos. Si nos quedamos quietos presas del pánico, seguramente nos hundiremos…
Lo sabemos, los cambios cuestan. Los cambios duelen, pero son necesarios para nuestra evolución como personas con el fin de encontrar no solo la felicidad, sino el sosiego y nuestra propia integridad. Resulta curioso por ejemplo que en la cultura oriental la palabra “cambio” se represente con dos ideogramas que a su vez ilustran dos términos: “peligro” y “oportunidad”. Realmente significativo.
LA NECESIDAD DE AFRONTAMIENTO
¿Por qué los cambios nos producen miedo o incertidumbre? Pongamos un ejemplo. Debes cambiar tu residencia para encontrar trabajo o, simplemente, uno mejor. El miedo a no saber si va a ser lo acertado y si el coste emocional y personal va a valer la pena, es sin duda el principal temor hacia ese paso determinante que habrá de cambiar nuestra vida.Todo cambio implica una gran dosis de valor personal. Nos obliga a adaptarnos a las nuevas condiciones del entorno, ahí donde hemos de invertir buena parte de nuestro esfuerzo emocional y físico, a la vez que arriesgar nuestro bienestar y seguridad.
LA VALENTÍA PERSONAL
Para ser capaces de iniciar o embarcarnos en ese cambio que tanto
deseamos pero que no nos atrevemos a propiciar, necesitamos en primer
lugar ser realistas y conscientes de nuestra situación. ¿Cómo te sientes
en estos momentos? ¿Crees que estás realizado/a personalmente?
¿Estás en una realidad que de verdad deseas, con las personas que
deseas? Cuando te miras al espejo ¿puedes decirte a ti mismo/a que eres
feliz? Es verdad que pueden ser unas cuestiones muy
determinantes, pero ahí está quizá la naturaleza de la cuestión a
indagar, ahí estará tal vez la necesidad de cambio en algún aspecto de
nuestra vida. Sea grande o pequeño.Lo principal es ir exponiéndonos poco a poco a determinadas situaciones, ahí donde podamos ir desarrollando estrategias de afrontamiento para salir hacia adelante, e ir aprendiendo al mismo tiempo. Porque si no nos arriesgamos no alcanzaremos nunca las aptitudes necesarias para ser valientes. Para arriesgar y tener el control de nuestras propias vidas.
Perder el miedo es apostar por la felicidad. Y seguro que también tú deseas alcanzarla.
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