lunes, 28 de noviembre de 2016

Emociones y Dolor de espalda




Nuestras Emociones se Ocultan en la Espalda

Las emociones y sentimientos reprimidos pueden causarnos enfermedades como gastritis o úlceras, pero también dolor de espalda. Esto está probado por estudios que concluyen que las emociones afectan a los dolores crónicos de espalda, y también dicen que en la zona frontal y en el núcleo del cerebro, es donde se crea el grado del padecimiento y su progreso.
Empezaremos por determinar, que la columna vertebral en sí misma, representa simbólicamente “el soporte que sentimos en la vida”. La forma en que nos sentimos fuertes, comprendidos, apoyados por la familia, apoyados por los amigos, etc. La columna vertebral es físicamente, el soporte de todas las cargas físicas y emocionales, es el pilar de nuestra existencia, no sólo por su función estructural, sino por lo que ella recubre y protege, nuestro sistema nervioso.

A través de la columna, el cerebro controla todos los movimientos físicos, psíquicos y biológicos, ordena y recibe mensajes de las diferentes partes del cuerpo. Esta información circula por los meridianos, la médula y los nervios de la espalda, principalmente. Se ha descubierto, que el dolor que provoca las lesiones, estaría relacionado con el estado emocional del cerebro. Nuestra actitud y pensamientos pueden determinar diferentes estadios de dolor.
La biodescodificación, relaciona las molestias de la espalda y sus síntomas con emociones bloqueadas, con emociones y sentimientos no conscientes. Muchas enfermedades (Síntomas), están relacionadas con la espalda, muchas de ellas, provocadas por pequeños desplazamientos de las vértebras que oprimen los nervios que sustentan nuestros órganos y distintas partes del cuerpo, o por desgaste de las mismas, traumatismos, etc. Pero sea cual sea el síntoma, es debido a una emoción, y dependiendo del grado de conflicto emocional, es la cantidad de dolor que se presenta.
Los estados emocionales también pueden afectar al resto de nuestro cuerpo, aunque en la espalda le generaran un trabajo extra, aquejando la respiración, impidiendo que entre el suficiente aire para mantener la fuerza necesaria. El estrés castiga nuestro estado físico y emocional, nos produce impotencia muscular, orgánica y hasta mental. La musculatura que cubre la parte superior de nuestra espalda indica como nos sentimos, si estamos contentos el cuello estará derecho, nuestro semblante relajado, y sin tensiones, pero si estamos tristes, nuestra mirada se dirigirá al suelo, igual que el cuello y la cabeza que se inclinarán hacia adelante.
También nos sentiremos cansados y desanimados, sin ninguna causa aparente, esto está provocado porque respiramos mal, y no tenemos la energía suficiente para actuar. La musculatura estará rígida, y la circulación sanguínea será lenta, tendremos dolor de cabeza, la vista cansada y el sistema digestivo con molestias.

Las Vértebras cervicales

Se relacionan con la comunicación y como afrontamos la vida. Representan nuestra flexibilidad para cambiar, para superar, para enfrentar lo que se vive. Un dolor en el cuello indica negación, rigor, y obstinación. Así que pregúntate, qué tan flexible eres o qué tan terco eres. Entre más seas obsesivo por hacer las cosas a tu manera y a tu modo y entre más te niegues a cambiar o a hacer cosas diferentes o a hacer las mismas cosas de manera diferente, más te dolerá el cuello. Y si amaneces con dolor en el cuello, no es que hayas dormido en mala posición, es por aquello que vienes pensando hace tiempo o unas horas antes en donde interviene tu necedad por no “cambiar en algo”…
Si el dolor de espalda, ocurre al nivel de los hombros, significa que existe una falta de apoyo emocional por parte de tus seres queridos. Te sientes sólo en ese importante proyecto, te sientes sin apoyo para hacer algo, necesitas amor y abrazos que te motiven. En el momento en que tu seguridad crezca y no necesites la aprobación de los demás, adiós dolor. Tú puedes.

Las Vértebras dorsales.

Son las vértebras a la altura del pecho, pero obviamente en la parte posterior. El dolor en éstas vértebras, provoca que nos inclinemos hacia adelante, como si cargáramos un gran peso en la espalda. Estas vértebras suelen doler cuando nuestra vida diaria está llena por responsabilidades que no queremos, que no aceptamos. Y puede ser tan simple como lavar los platos, planchar o cualquier actividad que “no nos gusta”. O puede ser cargar con la responsabilidad de mantener a toda una familia, cuidar de alguien, realizar un trabajo que no nos complace.
Cuando te duelan estas vértebras, pregúntate qué estás haciendo que no te gusta o con qué responsabilidad estás cargando que no aceptas ni disfrutas. La parte central de la espalda, digamos entre el pecho y el ombligo, pero en la parte posterior, representan la culpa. Son las vértebras más pequeñas y menos flexibles de nuestra espalda. Los dolores en dichas vértebras, pueden deberse a angustia, estrés, inquietud, ansiedad, tristeza, pero sobre todo de culpabilidad por algo que hemos hecho o hemos dicho.
Cuando te duelan estas vértebras, pregúntate en qué te has comprometido sin quererlo o por qué te preocupas más por los demás que por ti. ¿Te comprometiste a cuidad a tus sobrinos cuando en realidad querías ir a cortarte el cabello? Cosas tan simples como este ejemplo, pueden hacer que duela la parte media de la espalda, ya imaginarás un compromiso mayor. O una culpa mayor.

Las Vértebras lumbares.

Estas vertebras van desde tu cadera hasta tu coxis, esas que representan tu verdadera esencia y aquello que no puedes negar. Esta zona representa tu voluntad y tu equilibrio y hasta tu vida espiritual, tu verdadera naturaleza está determinada por esta zona. Tu puedes andar por la vida diciendo que vives en paz, que nada te preocupa, que tu vida es perfecta y feliz, pero de pronto, viene un dolor en esta parte que te dice: “la verdad es esta….” Necesitas preocuparte menos por el dinero… Necesitas moderación en tu vida sexual…. Necesitas vivir en equilibrio…. Necesitas tener fe….
Cuando hay dolor en esa zona, hay inflamación, y muchas veces de confunde con dolor de riñones, pero emocionalmente y en una gran mayoría de los casos, tener un dolor en estas vértebras, significa: “estoy gastando mucho dinero y me preocupa acabármelo”. Y cuando ya sentimos “piquetes”, es que nuestro miedo a quedar “pobres” es realmente grave.
Así que cada vez que sientas dolor en esta zona, además de analizar si realmente tu vida es tan buena como la pintas, piensa qué fue lo último que compraste o en qué gastaste que te hizo sentir que estabas “gastando mucho”. El simple hecho de tomar conciencia de que el dinero viene y va y que llegará más y que por gastado en “aquello” no quedarás pobre, te anulará el dolor.
Por eso la espalda es la zona de la fe, de tu esencia, porque debes confiar en que el universo proveerá y que jamás faltará.

Fuente: on

lunes, 21 de noviembre de 2016

Conflictos emocionales y dolor de cabeza


El Dolor de Cabeza y sus Conflictos Emocionales


El Dolor de Cabeza y sus Conflictos Emocionales

La cabeza es mi centro de comunicación, está vinculada a mi individualidad. Frecuentemente se le llama el “centro de mando”. Por ella pasan todas mis emociones y todas mis comunicaciones, por vía de mis cinco sentidos. Si vivo dificultades o enfermedades de la cabeza, debo preguntarme si vivo un conflicto referente a mis pensamientos y mi vida espiritual o mi crecimiento personal.
Esto se explica por el hecho que la cabeza está constituida por huesos que están hechos de un tejido duro y que simbolizan mi energía espiritual, y que estos huesos rodean el tejido blando y los fluidos, que simbolizan mis energías mentales y emocionales. Si ambos aspectos están en armonía, habrá fusión de mi cuerpo y de mi mente. Sin embargo, si la sangre que está en mi cabeza, no circula bien o si ejerce una presión, esto me indica que tengo dificultad en expresar o recibir el amor y todo sentimiento que me habita (porque la sangre transporta mis sentimientos en todo mi cuerpo).

Dolor de cabeza

La cabeza tiene una relación directa con el Yo soy. Tener un dolor de cabeza (sobre todo en la parte superior de la misma) significa que la persona se la golpea con “yos” desvalorizantes. Hay varias causas a los dolores de cabeza. Por ejemplo, el estrés y la tensión cuando me esfuerzo tanto como pueda “para estar” de cierto modo o de “para hacer” tal cosa.

¿Cuál es el conflicto emocional que se vive?

La persona que tiene dolor de cabeza se acusa de no ser esto o aquello y, sobre todo, de no ser suficientemente inteligente; se exige demasiado. Dice o piensa a menudo o varias de las expresiones siguientes: “Me rompo la cabeza”, “Estoy hasta la coronilla”, “No sé dónde tengo la cabeza”, “Ando de cabeza”, “Soy cabeza dura” o “Tengo la cabeza dura”, “Me doy contra la pared”, “Lo tengo en la cabeza”, “He perdido la cabeza”. Se desprecia en lugar de apreciarse.
Para quien tiene la impresión de que la cabeza va a estallarle, el mensaje es que deje de acumular tantas cosas en ella por miedo al juicio de los demás con respecto a lo que es o no es. Es posible que sea una persona que no se acepta, que se acusa de ser demasiado irreflexiva. También puede ser una persona que tiene miedo de “ir a la cabeza”, es decir, estar al frente, ser la primera, o mostrar la dirección.
Tener un dolor de cabeza, sobre todo en la frente, le indica a esta persona que se esfuerza demasiado por comprender todo. Debe darle tiempo al intelecto para que acumule suficientes datos en su memoria y que su inteligencia pueda hacer una síntesis y comprender.
El dolor de cabeza aparece frecuentemente cuando intento demasiado fuerte de realizar algo o cuando estoy obsesionado por esto que viene e inquieto por lo que me espera en el futuro. Vivo en este momento mucha ansiedad y preocupación. Así puedo reaccionar a fuertes presiones ejercidas por situaciones o acontecimientos que me rodean. Puedo vivir un sentimiento intenso de fracaso, duda, odio de sí que da vida a la crítica y, sobre todo la auto – crítica. Estoy cogido, “encajonado” en mi cabeza, no me gusta lo que veo, y me juzgo con severidad, dándome a mí – mismo “golpes de cabeza”.
El dolor de cabeza puede provenir también de la negación y de la supresión de mis pensamientos y de mis sentimientos que creo inaceptable o desaprobado. O bien no tengo el valor de expresarlos, o sencillamente no los escucho, porque racionalizo, intelectualizo todo lo que vivo. “¡Esto está bien, esto está mal!”. Quiero quizás comprender demasiado, ir demasiado de prisa, querer saber o tener respuesta a mis preguntas en seguida. Pero el tiempo quizás no ha llegado aún y debo desarrollar mi paciencia y mi confianza en que todo sucede en el momento justo. El dolor de cabeza expresa también emociones negativas que están “cogidas en la trampa”, en mi cabeza, tales como la inseguridad, el tormento, las ambiciones excesivas, la obsesión de ser perfecto, que causan una dilatación sanguínea.
Por ser la sede de cuatro de los cinco sentidos, la cabeza es una parte del cuerpo muy importante. Cuando te duele, ello te impide ver, oír y oler bien, y decir lo que responde a tus verdaderas necesidades, lo cual te aleja de lo que quieres ser.

¿Cómo se libera esa emoción biológica?

Debes establecer el contacto con tu Yo soy verdadero, es decir, lo que eres en ese momento. Tienes que dejar de forzar a Ser lo que crees que los demás quieren que seas. Relaja tu mente, deja de querer comprender todo mentalmente y permítete ser más tú. Si utilizas una o algunas de las expresiones antes citadas, date cuenta de que el miedo oculto detrás de ellas no es bueno para ti.
Un dolor de cabeza al nivel de la frente se referirá más a una situación en mi trabajo o vinculada a mi papel social pero si se sitúa lateralmente (cerca de las sienes), más bien es mi lado emocional (familia, pareja) el que está implicado. Cualquier sea la causa, el dolor de cabeza está directamente vinculado a mi individualidad y debo aprender a ser más paciente y más flexible hacía mí y los demás. “Mis ideas son cada vez más claras”, y aprendo a dar el lugar que corresponde tanto a mi intelecto como a mis emociones, para alcanzar el equilibrio. Entonces estaré más en armonía conmigo mismo, me sentiré la cabeza más liberada y ligera.

Migrañas

La migraña común se caracteriza por la aparición violenta de dolores intensos en un lado de la cabeza, a menudo acompañados de náuseas y vómitos, que pueden durar algunas horas a varios días. Puede presentarse precedida de trastornos visuales. Existe también la migraña acompañada, que es mucho más grave, ya que puede afectar además el campo visual y a la elocución.
Esta enfermedad tiene una relación directa con el YO SOY de la persona afectada. En general se manifiesta en la persona que no se concede el derecho de ser lo que quiere, incluso antes de que la migraña aparezca. Por ejemplo: una adolescente quería SER artista, pero se dejó convencer por sus padres para estudiar otra carrera. Padecía migrañas en la medida en que no se había concedido el derecho a seguir la dirección deseada. Las migrañas frecuentemente están asociadas a trastornos de la visión y la digestión. Ya no quiero ver y no quiero digerir lo que sucede en mi vida. Son angustias, frustración frente a una situación en la cual soy incapaz de tomar una decisión.

¿Cuál es el conflicto emocional que se vive?

Las migrañas se producen en la persona que se siente culpable por atreverse a cuestionar a aquéllos que tienen mucha influencia sobre ella. Incluso puede no ser consciente de lo que realmente quiere. Con frecuencia vive en el “no puedo”, hasta el extremo de vivir a la sombra de alguien. Además, las personas que sufren de migrañas suelen tener dificultades en su vida sexual porque no están en contacto con su poder creativo, simbolizado por la región de los órganos genitales. Hay conflicto entre mis pensamientos, mi intelecto que está sobre cargado, mis necesidades y deseos personales. ¿Me siento a la altura o tengo la sensación de ser incompetente, sobre todo en el plano intelectual?

¿Cómo se libera esa emoción biológica?

Hay que plantearse la siguiente pregunta: “¿Si todas las circunstancias hubieran sido o fueran perfectas a mi alrededor, qué es lo que hubiera querido Ser o qué es lo que quiero Ser?”. A continuación, observa lo que te ha impedido manifestarlo hasta este momento y descubrirás la forma de pensar que te perjudica, que te impide ser tú mismo/a. Ya no necesitas creer que dependiendo de los demás vas a ser más querido. Además concédete el derecho de tener esos temores y de tomarte el tiempo necesario para llegar a tu meta.
Debo tomar consciencia de que estoy huyendo de lo que me molesta o que siento incomprensión y una carencia de amor por parte de alguien. Debo comprender que, cuando tengo una migraña, tengo una toma de consciencia por hacer. Debo cambiar cosas y debo ser capaz de cambiarlas, es decir de pasar a la acción. Al darme un tiempo de pausa la migraña, puede ser también un modo de lograr más amor y atención. Dejo los acontecimientos fluir libremente en mi vida y recibo a cambio alegría, paz, armonía.

Fuente: on

lunes, 14 de noviembre de 2016

Conflictos emocionales y Rodillas


Las Rodillas y sus Conflictos Emocionales

Las Rodillas y sus Conflictos Emocionales


Todos en algún momento hemos padecido algún dolor en las rodillas, unos con más intensidad que otros. Alguna vez has pensado que este síntoma, dolor, es causado por un “Conflicto emocional dentro de nosotros mismos”. Comprendo que es difícil entenderlo de esta manera, sin embargo te invito a que averigüemos que hay detrás de cada padecimiento de rodillas.
Sentido Biológico “Movimiento”: Doblegarse, arrodillarse, someterse. Conflicto: Desvalorización

¿Qué es un conflicto emocional vivo?

Si presento cualquier síntoma en mis rodillas, estoy viviendo un conflicto emocional de desvalorización relacionado con la acción de arrodillarse, de doblegarse a los demás, de someterse a alguien o a algo (siempre que ésta acción no implique un honor).

Son conflictos de obediencia, de sumisión a la autoridad real o simbólica. Situaciones de imposibilidad de actuar según los propios deseos, resistencia a someterse a la ley del padre.
“Me obligo a hacer” o “me obligan a hacer”. Es una muestra de mi “sometimiento”. De lo que me “pesa” hacer. Siento que debo entregar resultados obligadamente, y que si dejo de hacer algo le fallo a los demás y me fallo a mí mismo. Me quejo y puedo contestar, reclamar, incluso puedo decir o gritar que ya no haré más tal cosa, pero la sigo haciendo. Las rodillas en sí mismas, representan mi flexibilidad, mi amor propio, mi orgullo, y mi testarudez, por lo que cualquier síntoma en ellas, significa que no puedo ser flexible, me lastiman mi amor propio, me hieren en mi orgullo. Indica problemas en la adolescencia, relacionados sobre todo con la sumisión al padre, la obligada obediencia y el deseo de no ceder.

¿Cuál es la emoción biológica?

Si hay inflamación: La situación se vive con rabia; si además aumenta el líquido sinovial, tendremos en cuenta los referentes de la persona; una distensión de ligamentos alude a una desvalorización que debilita en el futuro.
Cualquier síntoma que perjudique la función de mis rodillas, es una señal de que no soy flexible a la hora de planear mi futuro. Si a mí me duelen las rodillas quiere decir que soy una persona necia, testaruda y que prefiero el dolor a doblegarme ante ideas o consejos de los demás. Este dolor me dice que debo ser más flexible y me impide doblegarme/arrodillarme ante quien no deseo hacerlo, me ayuda a estar en Coherencia (Sentir, pensar y hacer lo mismo).
No debo tener miedo de perder el control si acepto ideas nuevas de los demás y si me permito enfocar mi futuro. Debo dejar de pensar que doblegarme ante nuevas ideas, significa arrodillarme ante nada o nadie o bien aparecer como persona sumisa. Mi dolor en las rodillas:
  • Puede ser mi miedo a ser como mis padres.
  • Puede ser mi negativa a cuidar a mi madre o padre.
  • Puede ser mi negativa a abandonar el hogar.
  • Puede ser mi falsa idea de que no puedo hacer mi vida por cuidar a mis padres.
  • Puede ser por obligarme a cuidar mis hijos aunque ellos ya tengan 30 años.
  • Puede ser por obligarme a cuidar a mis nietos cuando no son mi responsabilidad.

¿Cómo libero esa emoción?

Dejar de ser obstinado y orgulloso, comprendiendo que me estoy haciendo daño por no cambiar mis creencias. Primero hago las cosas por gusto, luego me obligo a hacerlas, luego me obligan a hacerlas y mientras tanto, yo me hago más daño cada día.
Por ejemplo: Puedo cocinar por gusto cuando me caso. Después, puedo cocinar hasta que mis hijos se casen y hagan su vida, pero luego me descubro cocinando para mis hijos, yernos y nueras todos los días, porque a eso los acostumbré, y luego, llega el día en que si yo no cocino, me reclaman. Debo ser flexible pero muy determinante, para dejar en claro que cuando yo hago una cosa por gusto lo disfrutaré, pero que dejaré de hacer eso que me pidan o yo decida, cuando ya no sea algo que disfrute.
“Puedo ser un hijo cariñoso, hacer mi vida con quién me parezca, visitar a mi madre con gusto los fines de semana, pero que mi madre me obligue a visitarla todos los fines de semana porque “es costumbre familiar” (su costumbre, claro) e impedirme con eso hacer lo que realmente quiero con mi esposa e hijos, no se vale y no lo permito”.
Las personas que sufren de las rodillas, Siempre hacen cosas obligadas por alguien más u obligadas por sí mismos:
  • Debo obedecer a mi jefe, me someto ante lo que quiera.
  • Tengo que llevar a mi madre al doctor, cuidarla, llamarla.
  • Tengo que limpiar rápido, antes de que llegue mi marido.
  • Debo llevar a mi nieta a la escuela porque mi hija no puede.
  • Tengo que “agacharme” para pedir dinero a mis padres.

¿Qué conflicto emocional estoy viviendo?

Sumisión. Problemas ligados a la adolescencia (donde se concentra la autoridad), “Estoy en sumisión y no quiero ceder, ¡no! y ¡no!”. Están los cuatro puntos de desvalorización: Evaluación, resultado obligatorio, falta de respeto, la dirección. Hay que buscar gestos habituales de las personas, como por ejemplo, subir escaleras, saltar vallas.
Resentir: “No puedo hacer lo que quiero”. “No quiero someterme a la ley del padre (real o simbólico)”. “Me gustaría tener un poco más de dulzura en mi sumisión”. “Estoy de acuerdo en someterme, pero dulcemente”.
Conflictos
1. La desvalorización, que es el resultado que quiero.
2. La sumisión.
3. La adolescencia.
4. La dirección: Conflictos de elección (profesional, sentimental, sexual, pero a nivel de emociones)

Problemas en las rodillas

Cada región de la rodilla esta íntimamente relacionada con un rasgo de nuestra personalidad. Para eso debemos determinar exactamente donde esta ubicada la dolencia o que tipo de problemas tenemos, y así observaremos mensajes cada vez más claros.
La lateralidad:
  • Rodilla derecha en una persona diestra: “Yo he querido irme, he deseado irme pero no he podido”. Acción contrariada “¿A qué me obligan?”.
  • Rodilla izquierda en una persona diestra: “Me he ido pero siento haberme marchado”. Deseo contrariado ¿A qué me obligo?”.
    En una persona zurda se invierte en ambos casos. Para un zurdo, la rodilla derecha nos da una información de deseo contrariado y la izquierda de acción contrariada.
Localización:
  • La cara interna de la rodilla tiene un matiz de oposición con ira.
  • La cara externa, sobre la cabeza del peroné, rencor ante una situación a la cual no quiero someterme.
  • La zona posterior (hueco poplíteo) es sumisión con relación al territorio.
  • La cara anterior de la rodilla, significa no querer rendirse.
Problemas en las articulaciones: Representan cambios en la orientación de la vida, y la dificultad con que se llevan a cabo. Resistencia al cambio. Los cambios producen miedo.
Artrosis de rodilla o Gonartrosis: No me respeto lo suficiente. Conflicto: Sumisión. Resentir: “Por favor, un poco mas de humalidad, flexibilidad…”, “Estoy de acuerdo en someterme, pero va demasiado rápido”, “Por favor pare”.
Enfermedad de Osgood Schalatter: Esta enfermedad específica es una tendinopatía de inserción, y que afecta a pacientes de entre 10 y 16 años; (La lesión se produce en la zona de inserción del tendón rotuliano en la tuberosidad tibial). El tendón tira y arranca el Periostio. El dolor, en este caso, se manifiesta durante y después del ejercicio.
Conflicto: Desvalorización en lo que hago en el presente + sumisión durante varios meses. Resentir: “No quiere pasar por la ley del padre, no quiere doblegarse, no quiere someterse”, “soy nulo”, “no he consigo resultados”, “me he sentido impotente” y además “me ha faltado al respeto”.
Cápsula articular: Su función es la protección, “no tengo protección”.
Sinovitis: Derrame sinovial en la rodilla: Me mostré sumiso y me arrodillé ante algo o alguien. Conflicto de sumisión con una tonalidad de querer que todo se calme, que se arregle suavemente. Fabrico más lubricante (aceite, agua, referentes). Añadimos conflicto de falta de protección. Resentir: “Quiero ser más aceptable”. “Me gustaría tener un poco más de dulzura en mi sumisión, por favor”. “Estoy de acuerdo en someterme, pero dulcemente”
Las Mesetas Tibiales: Tiene forma de balanza: Simbólicamente es la justicia, la falta de equilibrio (obligada a aceptar una situación injusta, quiere ser madre pero no cree en la familia.
Conflicto: Sumisión. Resentir: “No puedo hacer lo que quiero”, “No quiero someterme a la ley del padre” También podemos valorar la asociación de la tibia con la “madre”.
Los meniscos: Los conflictos se relación con su función de “adaptar” el movimiento y “amortiguar” el impacto del peso. Son situaciones de imposibilidad de adaptarse a las órdenes o amortiguar el exceso de presión.
La rótula o patela: Se relaciona con un aspecto de futuro, con proyectos, con no poder o no tener derecho a organizar el futuro, “romper” los proyectos de futuro (en caso de fractura).
Ligamentos cruzados: Cruce de caminos, cruce de especies, cruce de hierro (espadas), cruce de miradas.
Ejemplo de un caso del Dr. Slomon Sellam: Una mujer que trabaja en la seguridad social y viene a verme porque ha sido operada dos veces de los ligamentos cruzados porque se han roto las dos veces. Tiene una rodilla muy hinchada, le duele mucho y se cuestiona que si la cirugía no ha funcionado debe haber algo psicosomático. Lo pruebo todo y me queda un último recurso. Cojo un diccionario sobre la lengua francesa, tres tomos sobre el origen y significado de las palabras. A veces la clave está en ello. Busco “cruzados”, el problema no está en el ligamento y le leo el texto.
Genu valgo: Memorias de incesto o violación. Resentir: “Intentan evitar una violación”. Son pistas bastante delicadas, y son conflictos transgeneracionales. El problema es de cadera, no de rodilla, pero se expresa en la rodilla. Hay que descodificar la cadera (conflictos de oposición).
Genu varo (Piernas arqueadas): Conflicto: Tener hijos. Resentir:”Me hubiera gustado tener un hijo”. Al igual que en el genu valgo, se trabaja con la cadera.
Hiperlaxitud: Hablamos del Síndrome de Hiperlaxitud cuando existen una serie de síntomas que acompañan a la hiperlaxitud articular. Estos síntomas son muy diversos y se localizan tanto en el aparato locomotor (dolor articular, esguinces, luxaciones y subluxaciones frecuentes, dolor de espalda, lesiones de tejidos blandos como bursitis, epicondilitis) Resentir: “Como soy yo el que está en el interior, quiero salir de esta situación”, “Quiero más libertad”.
Bursitis: Inflamación de la bursa (estructura en forma de bolsa que se sitúa entre huesos, tendones y músculos, con una función facilitadora del movimiento de estas estructuras entre sí. Añadir el significado de la articulación en que se encuentra + Cólera reprimida, deseos de golpear a alguien.

Fuente on

lunes, 7 de noviembre de 2016

Sintomas, que hacer

Hola, Yo Soy Tu Síntoma

¡Hola! Yo tengo muchos nombres: dolor de rodilla, grano, dolor de estómago, reumatismo, asma, mucosidad, gripe, dolor de espalda, ciática, cáncer, depresión, migraña, tos, dolor de garganta, insuficiencia renal, diabetes, hemorroides, y la lista sigue y sigue.
Hola, Yo  Soy Tu SíntomaMe he ofrecido como voluntario para el peor trabajo posible: ser el portador de noticias poco gratas para ti. Tú no me comprendes, nadie me comprende. Tú piensas que quiero fastidiarte, echar a perder tus planes de vida, todos piensan que quiero entorpecerles, hacerles daño o limitarles. Y no, eso sería un completo disparate. Yo, el síntoma, simplemente intento hablarte en un lenguaje que comprendas. Que entiendas.

A ver, dime algo, ¿Tú irías a negociar con terroristas, tocando a su puerta con una flor en la mano y una camiseta con el símbolo de “paz” impreso en la espalda? ¿No verdad?
Entonces, por qué no comprendes que yo, el síntoma, no puedo ser “sutil” y “suavecito” cuando debo darte el mensaje. Me golpeas, me odias, con todo el mundo te quejas de mi, de mi presencia en tu cuerpo, pero no te tomas ni un segundo en razonar y tratar de comprender el motivo de mi presencia en tu cuerpo.
Sólo te escucho decirme: “Cállate”, “vete”, “te odio”, “maldita la hora en que apareciste”, y mil frases que me hacen impotente para hacerte comprender. Pero yo debo mantenerme firme y constante, porque debo hacerte entender el mensaje.
¿Qué haces tú?
Me mandas a dormir con medicinas. Me mandas callar con tranquilizantes, me suplicas desaparecer con antiinflamatorios, me quieres borrar con quimioterapias. Intentas días con día, taparme, sellarme, callarme. Y me sorprende ver que a veces, hasta prefieres consultar brujas y adivinos para que de forma “mágica” yo me vaya de tu cuerpo. Y yo, cuando mi única intención es darte un mensaje, soy totalmente ignorado.
Imagínate que soy esa alarma con sirena en el Titanic, esa que intenta de mil formas decirte que de frente hay un Iceberg con el que vas chocar y hundirte. Sueno y sueno por horas, por días, por semanas, por meses, por años, intentando salvar tu vida, y tú te quejas porque no te dejo dormir, porque no te dejo caminar, porque no te dejo trabajar, pero sigues sin escucharme…
¿Vas comprendiendo?
Para ti, yo el síntoma, soy “La Enfermedad”. Qué cosa más absurda. No confundas las cosas. Y vas al médico, y pagas por docenas de consultas médicas. Gastas dinero que no tienes en medicamento tras medicamento. Y sólo para callarme. Yo no soy la enfermedad, soy el síntoma.
¿Por qué me callas, cuando soy la única alarma que está intentando salvarte?
La enfermedad, “eres tú”, “es tu estilo de vida”, “son tus emociones contenidas”, eso sí es la enfermedad. Y ningún médico aquí en el planeta tierra, sabe cómo combatir enfermedades. Lo único que hacen es combatirme, combatir el síntoma. Callarme, silenciarme, desaparecerme. Ponerme un maquillaje invisible para que tú no me veas.
Y sí, está bien si ahora que lees esto, te sientes un poco molesto sí. Esto debe ser algo como un “golpazo a tu inteligencia”. Está bien si por ahora te sientes un poco molesto o frustrado. Pero yo puedo manejar tus procesos bastante bien y los entiendo. De hecho, es parte de mi trabajo, no te preocupes. La buena noticia es que depende de ti no necesitarme más. Depende totalmente de ti, analizar lo que trato de decirte, lo que trato de prevenir.
Cuando yo, “el síntoma”, aparezco en tu vida, no es para saludarte, no. Es para avisarte que una emoción que contuviste dentro de tu cuerpo, debe ser analizada y resuelta para no enfermarte.
Deberías darte la oportunidad de preguntarte a ti mismo: ¿por qué apareció este síntoma en mi vida?, ¿qué querrá decirme? ¿Por qué está apareciendo este síntoma ahora? ¿Qué debo cambiar en mí para ya no necesitar de este síntoma?
Si dejas este trabajo de investigación, sólo a tu mente, la respuesta no te llevará más allá de lo que has hecho años atrás.Debes consultar también con tu inconsciente, con tu corazón, con tus emociones.
Por favor, cuando yo aparezca en tu cuerpo, antes de correr al doctor para que me duerma, analiza lo que trato de decirte, de verdad que por una vez en la vida, me gustaría ser reconocido por mi trabajo, por mi excelente trabajo. Y entre más rápido hagas conciencia del por qué de mi aparición en tu cuerpo, más rápido me iré.
Poco a poco descubrirás, que entre mejor investigador seas, menos veces vendré a visitarte. Y te aseguro que llegará el día en que no me vuelvas a ver ni a sentir. Al mismo tiempo que logres ese equilibrio y perfección como “analizador” de tu vida, tus emociones, tus reacciones, tu coherencia, te garantizo que jamás volverás a consultar a un médico ni a comprar medicinas.
Por favor, déjame sin trabajo. O ¿piensas de verdad que yo disfruto lo que hago? Te invito a que reflexiones, cada que me veas aparecer, el motivo de mi visita. Te invito, a que dejes de presumirme con tus amigos y familia como si yo fuera un trofeo.
Estoy harto de que digas: “Ay pues yo sigo con mi diabetes, ya ves que soy diabético”.”Ay pues ya no aguanto el dolor en mis rodillas, ya no puedo caminar”.”Siempre yo con mis migrañas”.Me presumes como si yo fuera un tesoro del cual no piensas desprenderte jamás.
Mi trabajo es vergonzoso. Y te debería dar vergüenza presumirme ante los demás. Cada que me presumes, realmente estás diciendo: “Miren que débil soy, no soy capaz de analizar ni comprender mi propio cuerpo y mis propias emociones, no vivo en coherencia, ¡mírenme, mírenme!. Por favor, haz conciencia, reflexiona y actúa. Entre más pronto lo hagas, más rápido me iré de tu vida.
Si dejas el trabajo sólo a tu mente, la respuesta no te llevará más allá de lo que lo ha hecho años atrás. Sin embargo, si preguntas a tu subconsciente, a tu corazón, obtendrás respuestas muy claras que verdaderamente te ayudarán a continuar adelante.

Fuente:on