lunes, 31 de octubre de 2016

Significado del dolor en el cuerpo y las enfermedades

El Significado de las Enfermedades y los Dolores Corporales

El Significado de las Enfermedades y los Dolores Corporales

La metamedicina, también llamada medicina metafísica, busca ir más allá de la medicina tradicional. Para ello, trasciende el plano físico -el cuerpo y sus síntomas- para buscar las causas psicológicas o espirituales de la enfermedad. Recupera así la dimensión de la mente y el alma. Se basa en una visión holística que considera que las dolencias son producto de nuestros patrones de pensamiento o creencias. De este modo, cuando una forma de hablar y pensar se vuelve costumbre, se lo termina expresando en comportamientos y posturas corporales, formas de estar y mal estar.
Bajo estos supuestos, la metamedicina recupera el significado de los síntomas y entiende que la única curación auténtica proviene del deseo sincero de querer sanar. Esto puede motivar a una persona a hacer los cambios necesarios en aquellas actitudes, sentimientos y emociones que ocasionan su sufrimiento.
Al comprender el patrón de pensamiento que se esconde detrás de tus enfermedades, podrás hallar las claves para lograr la autocuración.

El corazón representa el amor, la sangre y el júbilo

Este órgano se alimenta del amor para bombear júbilo por nuestras venas. Al privarnos de estos dos sentimientos, el corazón se enfría y la circulación se vuelve perezosa. Así llegan la anemia, la angina de pecho y los ataques cardíacos. Para evitar las enfermedades cardíacas, debemos lograr hacer a un lado los problemas en los que nos enredamos cotidianamente para disfrutar de los placeres de la vida.

Los oídos representan la capacidad de escuchar.

Los problemas en los oídos manifiestan que no queremos enterarnos de algo que nos está pasando o que aquello que escuchamos nos enoja. Por ejemplo, los niños suelen padecer problemas en esta parte del cuerpo ya no se los deja manifestar su enfado. Se encuentran, al mismo tiempo, con la incapacidad de modificar las cosas.

La cabeza nos representa a nosotros mismos.

Es la parte de nuestro cuerpo por la que nos suelen reconocer. Cuando algo está mal en esta región se debe a que sentimos que algo está mal en nosotros mismos. Los dolores de cabeza, por ejemplo, pueden provenir del hecho de que nos desautorizamos. Así, quienes padecen migrañas o jaquecas suelen ser personas muy perfeccionistas con sí mismas que se presionan en exceso. Esto genera una intensa cólera reprimida.
La próxima vez que sientas un dolor de este tipo, piensa de qué manera y en qué momento has sido injusto contigo mismo. Cuando logres perdonarte y dejar de pensar en ello, el dolor de cabeza desaparecerá.

El pelo representa la fuerza.

Al estar tensos y asustados, podemos generar tanta tensión en el cuero cabelludo que no lo dejemos respirar, provocando la muerte de los folículos y la caída del cabello. Si la tensión se mantiene, el folículo seguirá estando tan tenso que el pelo nuevo no podrá salir. El resultado seria la calvicie. Se trata de comprender que la fortaleza real radica en la serenidad, en estar centrado y relajado, y no en la tensión.

Los ojos representan la capacidad de ver.

Cuando tenemos un problema con ellos, generalmente se debe a que hay algo que no queremos ver, ya sea en nosotros mismos o en la vida pasada, presente o futura. Se conocen experiencias de curación impresionantes en personas que han accedido a retroceder en el tiempo para encontrarse con aquello que no querían ver y desecharlo.

Las articulaciones permiten la producción de movimientos con gracia y soltura.

Cuando están agarrotadas, nuestro cuerpo se torna rígido e inflexible, perdiendo así capacidad de expresión. Su inflamación denota resistencia o irritación con respecto al movimiento. Puede tratarse de un temor a lo que nos espera por delante o la dificultad de someternos a ello. La energía se desplaza por las articulaciones, de modo tal que una dolencia en alguna de ellas indica que estamos tomando la fuerza de esa parte de nuestro cuerpo. El motivo se vincula con la zona afectada.
Por ejemplo, las articulaciones del hombro, codos y muñecas nos permiten el flujo desde el corazón hasta las manos para que podamos expresar nuestros sentimientos afectivos. Además, permiten darle rienda suelta a nuestra creatividad y nuestras aptitudes manipuladoras y ejecutivas. Cualquier problema en alguna de ellas, puede implicar un temor a expresar esa energía, una contrariedad o resistencia a ello.

Los senos paranasales: la irritación que alguien nos está generando.

Se trata de los problemas que se manifiestan en la cara, en la zona más cercana a la nariz. Suelen ser la manifestación de la irritación que nos genera una persona muy cercana. Incluso es posible que sintamos que ese individuo nos sofoca o aplasta.

La espalda: nuestro sistema de apoyo.

Cuando tenemos problemas con ella, es porque no nos sentimos apoyados. La parte superior de la espalda se relaciona con la sensación de falta de apoyo emocional. La parte media, con la culpa, lo que ocultamos y no queremos ver. Puedes ver conflictos emocionales de la espalda:Cervicales, Dorsales, Lumbares. Puedes leer el articulo : Nuestras Emociones se Ocultan en la Espalda.

La garganta: la capacidad de hacernos valer y el flujo creativo en nuestro cuerpo.

Se vincula con nuestra capacidad de defendernos verbalmente, de pedir lo que queremos y expresar lo que somos. Si está afectada, suele ser porque no sentimos que tengamos derecho a hacer esas cosas, es decir, a hacernos valer. También representa el flujo de creatividad en nuestro cuerpo. Cuando frustramos y sofocamos nuestro potencial creativo, es frecuente que aparezcan los síntomas. Es el caso de aquellas personas que viven complaciendo a otros. El dolor de garganta siempre se asocia con un enojo, siendo su máximo exponente la laringitis, enfermedad en la que la bronca es tal que no se puede hablar. Si el dolor va acompañado por un resfrío, es porque además hay confusión mental.
La amigdalitis y los problemas tiroideos también son creatividad frustrada que no encuentra cómo expresarse. Cuando nos resistimos al cambio, o estamos intentando hacerlo, es frecuente que tengamos mucha actividad en la garganta. Cuando tosas, pregúntate: ¿Qué es lo que se acaba de decir? ¿A qué estoy reaccionando? ¿Es resistencia y obstinación o se está produciendo un proceso de cambio?

El exceso de peso y los temores.

Representa una necesidad de protección vinculada tanto a temores específicos como a un miedo general a la vida. La mejor manera de combatir la obesidad no se encuentra en las dietas, si no en aprender a amarse y aprobarse a uno mismo. Al contrarrestar los pensamientos negativos, es posible resolver el problema del peso.
Las hinchazones del cuerpo, por su parte, representan atascos en el estado emocional. Estos son producto de aferrarnos al recuerdo de situaciones que nos hirieron. Librarnos de esas memorias puede ayudarnos a resolver estas dolencias.

Las piernas: el miedo al progreso.

Como son lo que nos mueve hacia adelante, los dolores en esta parte del cuerpo suelen señalar un miedo a avanzar o una renuncia a seguir andando en una dirección. Las venas varicosas indican que estamos en un trabajo o un lugar que nos enferma. Cuando esta afección aparece, las venas pierden su capacidad de transportar energía.
Las rodillas, como el cuello, se relacionan con la flexibilidad. Cuando avanzamos, nos da miedo inclinarnos y nos ponemos tiesos porque no queremos cambiar nuestra forma de ser. Así se vuelven rígidas las articulaciones. Las rodillas tardan en curarse porque lo que está en juego es nuestro yo. Cuando tengas problemas con ellas, pregúntate de qué estás justificándote y ante qué te estás negando a inclinarte.

Los accidentes son expresiones de cólera.

Denotan una acumulación de frustraciones en aquellas personas que no se sienten libres para expresarse o hacerse valer. También señalan rebelión contra la autoridad. La bronca que genera esto termina volviéndose contra ellas mismas. Por otro lado, cuando nos sentimos culpables, un accidente es una forma de castigarnos. Al mismo tiempo, nos permite ubicarnos en el lugar de víctimas y recurrir a la compasión de los otros. Se trata de pensar que nosotros somos los que los generamos, no el destino.

La contrapartida emocional de algunas enfermedades

  • La anorexia y la bulimia son la expresión máxima de odio hacia uno mismo. Se trata de identificar qué es lo que vemos tan mal y cambiar la visión que tenemos de nosotros mismos para alcanzar la aceptación.
  • La artritis se origina en una constante actitud de crítica hacia uno mismo o hacia los demás. Quienes padecen esta enfermedad suelen ser ellos mismos muy cuestionados, por lo cual frecuentemente son muy perfeccionistas.
  • El asma denota un amor que sofoca. Así, afecta a personas que no sienten que tengan derecho a respirar por sí mismos.
  • Los abscesos, quemaduras, cortes, fiebres, llagas e inflamaciones indican cólera que se expresa en el cuerpo. Hay que buscar la manera de dejar salir la presión acumulada de una manera inofensiva.
  • El cáncer es una enfermedad causada por un profundo resentimiento contenido durante mucho tiempo. Cuando en la infancia algo destruye nuestro sentimiento de confianza, nunca se olvida esa experiencia. Esto hace que el individuo viva compadeciéndose de sí mismo. La vida se presenta entonces como una serie de decepciones, con lo cual se vuelve muy sencillo culpar a otros de nuestros problemas. Las personas que tienen cáncer suelen ser también autocríticas.
Al lograr amarnos a nosotros mismos, recordamos que las situaciones las creamos nosotros. Nuestra frustración no es culpa de otras personas. Recuerda que tú puedes sanar.

Fuente:on

lunes, 24 de octubre de 2016

Meditacion para niños y adultos

A meditar con tus niños. Cuatro técnicas sencillas para enseñarles cómo aquietar la mente

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“Meditar es una forma de acercarte a tus hijos y sus inquietudes”.

La felicidad es un estado natural en los niños siempre y cuando sus necesidades estén bien satisfechas. Entre estas necesidades están las más conocidas como el albergue, el alimento y el amor. Además hay una necesidad que en ocasiones se descuida y es la tranquilidad, la paz mental.
La tranquilidad o la relajación son espacios de descanso mental, muchas veces inducidos por la naturaleza. La relajación se experimenta esos domingos que nos quedamos en casa, sin prisa ni compromisos.Esos espacios son meditativos, o donde la mente está quieta. Son de gran importancia porque la gran mayoría de las teorías del desarrollo humano consideran el uso de la meditación, o el descanso mental como piedra angular en la salud holística del niño. Por ejemplo, su sistema endocrino (hormonal) obtiene su equilibrio a través de momentos meditativos.
Por otro lado, el desarrollo psicológico del niño deriva en una gran dosis de autoestima cuando se siente tranquilo y en paz consigo mismo, y así maneja mejor su atención, su energía y su motivación intrínseca. Otro gran beneficio de la meditación es su capacidad de prevenir enfermedades que afectan grandemente a la población infantil y juvenil, como la diabetes o el sobrepeso.Recientemente el doctor Dean Ornish compartió un estudio, de más de tres décadas, donde encontró que la yoga y la meditación, combinados con cambios en los hábitos,pueden prevenir e incluso revertir los efectos de las enfermedades crónicas. Es por estas y otras razones que los niños tienen una gran necesidad de experimentar y saber cómo utilizar técnicas meditativas para su desarrollo.

Técnicas sencillas para meditar con los niños:

1. La contemplación:

Al perder nuestra mirada en el vasto océano, al disfrutar de un lindo atardecer, al acostarse sobre la grama a mirar un hermoso árbol, experimentamos espacios de contemplación. En este estado meditativo nuestro cuerpo segrega seratonina y nuestro sistema nervioso parasimpático produce una reducción de nuestras reacciones por el estrés.
Es como si quitáramos el acelerador del auto y así disfrutáramos de esa reducción en la velocidad mental de nuestro cerebro hasta llegar a la quietud y detenernos.
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2. La respiración consciente:

Observar atentamente nuestra inhalación y exhalación durante unos minutos también nos permite aquietar nuestros pensamientos y preocupaciones. El mero hecho de tomar unas respiraciones profundas mejora nuestro insumo de oxigeno y la liberación del dióxido de carbono de nuestros pulmones.
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3. La observación consciente:

Los niños son curiosos por naturaleza, por lo tanto se les puede invitar a que observen con detenimiento un objeto. Por ejemplo una hoja, observar sus colores, su estructura, su contornos, sus diferencias y similitudes a otras hojas. Este proceso de atención al detalle los captura y les permite regresar a la magia del momento presente.
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4. El arte:

La pintura de mandalas les ofrece capturar mediante los colores la sabiduría primordial de los estados meditativos. Este ejercicio es tanto bueno para adultos como para niños y permite que nuestra mente se ilumine en la paz interior.Todas estas sugerencias pueden ser utilizadas para cuidar y salvaguardar la salud emocional, intelectual y física de los niños y jóvenes.
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Por Yakeen Carrión

lunes, 17 de octubre de 2016

Manejar las Emociones

Cuando una emoción agradable o desagradable surge en nuestro interior de manera casi inmediata y automática la clasificamos. Por lo general, ese discurso interno que sucede es para negar o refutar el estado que se esta viviendo ya que se intenta racionalizar la emoción. Sumado a esto, al comentarlo con otras personas estas terminan reforzando lo que ya se había pensado con comentarios como:
¿Por qué te sientes así? no es para tanto.
¡Qué bobo(a) eres!
Pierdes tu tiempo sintiéndote así.
¿Por qué estas tan feliz? aún no has alcanzado el objetivo.
¡Que estupidez! mejor ocúpate en solucionar en vez de estar llorando.
Las emociones aparecen en el cuerpo para cumplir una función anatómica reguladora. A su vez, se estima que éstas tienen varios sistemas de respuesta, uno es totalmente cognitivo y subjetivo, otro es conductual y expresivo y, por último, también esta presente el fisiológico y adaptativo.
Ahora bien, ¿Por qué si las emociones tienen sus funciones especificas y canales de expresión en el ser humano, siendo totalmente normal su presencia, se es tan complejo validar una emoción?.
Por cuestiones culturales estamos acostumbrados a restarle importancia a las emociones como una alternativa para aliviar el malestar y sufrimiento propio y ajeno. Existe la tendencia a evadir para no asumir la experiencia en sí por ser traumática, aterradora o porque suponemos que esta mal vista socialmente.
La interrogante es… ¿cómo se valida una emoción si estamos acostumbrados a no hacerlo?
Puedes seguir estos sencillos pasos para lograrlo:
  1. Reconocer e identificar la presencia de la emoción poniéndole el nombre correcto a la misma, rabia, alegría, tristeza, felicidad, miedo…
  2. Identificar en que parte del cuerpo se manifiesta, por ejemplo: aumento del ritmo cardíaco, sudoración de las manos, temblores, contracciones vicerales, entre otras.
  3. Aceptar la condición humana que tenemos todos y que sencillamente es parte de la vida.
  4. Evitar negar su aparición.
  5. Aceptar que la emoción presente tiene un sentido y una finalidad, si es posible (en tu caso) descubrir cuál haciéndote preguntas como: ¿Qué estaba haciendo antes de que apareciera la emoción? ¿Qué origina, entonces, su presencia? ¿Cómo te hace sentir física y emocionalmente éste estado? y ¿Cuáles son los pensamientos que están predominando en ese momento?. Estas preguntas te ayudarán a entender la emoción.
  6. Permitir y vivir en su totalidad la aparición de la emoción sin rechazarla, juzgarla ni criticarla. Solo dejarla estar.
Así se valida una emoción; Sin embargo, esto no significa que después de haberla aceptado, específicamente las desagradables como el miedo, la tristeza o la ira, se van a lanzar como flechas punzantes hacia los demás como si el mundo entero tuviera la culpa de tu situación. ¡Por supuesto que NO!. Es totalmente tu responsabilidad gestionar en ti esa emoción y resolver tu situación sin que signifique lastimar a alguien en el camino.
Ciertamente no es un proceso fácil, pero te garantizamos que la práctica hace al maestro. Inténtalo y si no puedes aquí estamos para ayudarte.

lunes, 10 de octubre de 2016

Niños y enfermedades

LOS NIÑOS NO SE ENFERMAN


Todo niño desde cero hasta 14 años cumplidos, no se enferma. 


Todo síntoma que un niño o niña presente, desde su nacimiento y hasta los 14 años, es reflejo de una emoción de los padres, de un resentir, de algo nunca dicho, de una emoción atrapada, etc. Como los hijos son parte de los padres, heredan sus emociones y siguen sus patrones. Si bien ambos padres reflejan o proyectan sus emociones a los hijos, se puede hablar de que el porcentaje de emoción es un 80% de las madres y un 20% de los padres. Y así, la biodescodificación fue comprobando poco a poco, que cuando un niño menor a 14 años presenta un síntoma, hay que revisar a los padres, así de sencillo y simple.
• Se descubrió que si la madre peleaba con el padre, al niño le daba gripa.
• Se descubrió que si la madre odiaba su trabajo, al niño le dolían los brazos o se fracturaba algún brazo.
• Se descubrió, que si la madre odiaba cuidar a su madre, al niño le dolía la rodilla.
• Se descubrió, que si la madre estaba harta de escuchar reclamos o quejas o críticas, el niño tenía problemas de audición.
Y podemos seguir síntoma con síntoma y nunca terminar. Lo más importante de esto, es que en cuanto la madre o el padre, solucionaban su conflicto emocional, el niño sanaba. Hay que tomar en cuenta que una cosa es “presentar un síntoma” , otra muy diferente es presentar un comportamiento y otra muy diferente nacer con el síntoma.
Aquí la Biodescodificación, abre sus puertas a otros mecanismos de solución.
• Hay comportamientos y síntomas, provenientes del Proyecto Sentido.
• Hay comportamientos y síntomas, provenientes del Transgeneracional.
• Hay comportamientos y síntomas, provenientes del Síndrome del yaciente.
Por lo tanto, se debe hacer un análisis completo en sesión de Biodescodificación, de todos los elementos que conforman a la familia, para poder solucionar casos en realidad importantes. Por lo tanto, madres y padres, modifiquen las preguntas que hacen con respecto a sus hijos, porque no son ellos, pregúntense a ustedes mismos, ¿qué paso en mis emociones para que mi niño o niña enfermara?. Revisen día por día qué conflictos emocionales vivieron, analicen cosas no dichas, emociones bloqueadas, miedos, rencores, culpas, todo. De la gravedad del síntoma, será el tamaño del problema por resolver en ustedes.
Es común que los padres se preocupen, corran al médico, compren medicamentos y hasta viajen a otros países con tal de encontrar una solución cuando el problema es mayor. Y yo les pido a esos padres, que por favor, por un minuto, se sienten a analizar qué experiencia emocional tuvieron meses, semanas o días antes de que niño “enfermara” y allí tendrán su respuesta. En ese momento descubrirán lo que deberán cambiar y modificar para que su hijo o hija sanen.
Si el niño ha nacido enfermo, entonces deberán sentarse a analizar qué “proyecto” le imprimieron al niño al concebirlo y gestarlo, analizar la relación de padre-madre, analizar preocupaciones, miedos, rencores, todo.
Y una vez, que hayan analizado todo esto y sólo si no han encontrado respuesta, entonces, comiencen a hacer su árbol genealógico, desde el niño hasta los bisabuelos o más, para encontrar lo que viene heredando el pequeño. Si ya desde antes de comenzar el árbol comienzan con pretextos para hacerlo, vamos muy mal.
Cuando se quiere, se puede. Se viaja, se visitan bibliotecas y hemerotecas, panteones, se consultan archivos de gobierno y de datos oficiales y demás. No se limiten a decir que “por parte de tal familia no hay datos”. Imaginen que son detectives profesionales y deben descubrir todo lo oculto.
Hacer un árbol genealógico no es un pasatiempo, es un trabajo que requiere dedicación, paciencia y esmero. Hay personas que demoran más de 3 años en terminar su árbol, así que si en realidad lo requieren, podrán hacerlo lo más completo posible para liberar a sus hijos en caso necesario.
El bebé siente como propio lo que le sucede a mamá: sus alegrías, sus tristezas, sus preocupaciones, y lo más importante aquello “no dicho”, y lo “no expresado”.
Fuente: http://bit.ly/2cUCaSY  // Por: Elizabeth Romero Sánchez

lunes, 3 de octubre de 2016

Lo que callamos se combierte en sintoma


TODO LO QUE CALLAMOS SE CONVIERTE EN UN SÍNTOMA



Salomón Sellam, con 28 libros sobre su experiencia clínica en el análisis psicosomático publicado en Francia, 13 en España y 6 en Italia, creó en Francia el Instituto para la Psicosomática Clínica para formar profesionales. Ahora está creando en Barcelona la Fundación para la Psicosomática Clínica y Humanista…


Salomon Sellam nos dice: c”Llevo tratando a pacientes 30 años y lo que he aprendido del ser humano se resume en una frase; tu inconsciente nos dirige en todo lo que hacemos, en nuestras acciones positivas y negativas”. Llevo 22 años dedicado a la práctica y el estudio de la influencia de la mente sobre el cuerpo, sobre cómo programamos las enfermedades.
¿Cómo?
Hay una historia conflictual que se puede ver en el análisis de la vida de la persona: gestación, infancia y contexto social, espiritual y emocional en el que se construyó la personalidad del individuo.
¿Los conflictos empiezan en el vientre materno?
Y antes. Desde los años ochenta se ha puesto de manifiesto la importancia de la historia transgeneracional, es decir, en la novela familiar pueden haber ingredientes que expliquen una enfermedad de hoy.
¿Y si no sabemos nada de nuestros antepasados?
Inconscientemente lo sabemos, y ahí está todo mi trabajo. A partir de la investigación clínica describo, por ejemplo, en mi estudio “El síndrome del yaciente, un sutil hijo de reemplazo”, las consecuencias transgeneracionales de los dramas familiares como el fallecimiento de un hijo de muy corta edad.
Es algo universal que pertenece al inconsciente colectivo: se trata de la reparación automática y transgeneracional de dramas familiares que califico de injustificados e injustificables. Las consecuencias pueden ser médicas, psicológicas o psiquiátricas. Un ejemplo paradigmático: Salvador Dalí es un caso tipo de hijo de sustitución. Su hermano mayor, también llamado Salvador, murió a los dos años y medio. A la semana del entierro, Salvador segundo se gestó y nació nueve meses más tarde.
Es que ponerle el mismo nombre…
Es más común de lo que piensa. David, un adolescente, padecía esquizofrenia. Investigando descubrimos que había habido dos muertes injustificadas en su familia. En su inconsciente estaba grabado: “No tengo el derecho a vivir mi vida”. No lo curamos, pero conseguimos que normalizara su vida.
Afirma que las alergias no existen.
El alergénico es el testigo de un choque psíquico. Cada vez que el señor Fresa tomaba una fresa revivía inconscientemente el día inesperado que su mujer le dijo que lo abandonaba frente a un plantío de fresas. El cerebro asoció la fresa al choque psíquico.
¿Todos los alérgicos al polen han tenido un trauma psicológico?
Para mí hay un componente psíquico hasta que no se demuestre lo contrario. A mi consulta llegan todos los casos que la medicina convencional no ha conseguido curar.
También ha estudiado usted los amores difíciles, ¿qué ha descubierto?
El hombre busca inconscientemente en su pareja particularidades de su madre y la mujer, de su padre.
Es una vieja teoría.
Lo que yo he descubierto es que, una vez que se han tenido hijos, el inconsciente interpreta la relación como un incesto simbólico y el resultado es la disminución de la frecuencia de las relaciones sexuales.
¿Cómo prevenirlo?
Sacando a la luz los fundamentos de la pareja. Todo lo que no sale de nuestros labios grita en lo más profundo de nuestra alma… y se convierte en un síntoma.
¿Qué es una relación sana de pareja?
La que se desarrolla en conciencia: sé lo que espero de ti y tú sabes lo que esperas de mí para crecer juntos. Hay tres verbos claves cuando hay problemas con la pareja: hablar, hablar y hablar. Las parejas nunca hablan lo suficiente.
¿De qué tipo de problemas vienen las enfermedades de la piel?
Del contacto de la madre con el bebé. El cerebro del bebé registra que el contacto es seguridad, y cada vez que hay una ruptura de contacto la piel lo manifiesta. Pero el eccema, la psoriasis o el cáncer de piel tienen orígenes diferentes y muy precisos.
Hay gente que apenas come y engorda.
Si ni los regímenes ni el ejercicio físico han funcionado, a grandes líneas podríamos hablar de una inseguridad inconsciente que ha bloqueado el funcionamiento de la eliminación renal y acumulas agua.
¿Y si lo que acumulas es grasa?
Cuando me siento inseguro tengo que hacer reserva y a nivel psicofisiopatológico la grasa es el compartimiento de reserva del organismo. Pero también hay casos muy precisos como el del hijo que es programado como bastón para la vejez. Para ser un buen bastón hay que estar fuerte, ser resistente.
Mucha gente padece dolor de espalda.
Cada vértebra tiene una significación particular. Vamos a coger lo más clásico: la quita lumbar, responsable de la ciática o la lumbalgia que responden a la desvalorización de todos los que están al mismo nivel: pareja (en un 90% de los casos), amigos, hermanos…
¿Si la molestia es cervical?
Entonces el problema es el paso de la mente al cuerpo: personas que tienen proyectos y sueños pero que no consiguen realizarlos o que actúan pero su mente no está de acuerdo con lo que hacen.

Entrevista a Salomón Sellam sobre Psicosomática Clínica Humanista   / /  Fuente: http://bit.ly/2d4uCQH