Maltrato
psicológico, rompe tus cadenas emocionales
Existe un
tipo de violencia sorda, muda, invisible en la que se hace sufrir a la víctima
mediante la culpabilización o desvalorización aprovechando el cariño que ésta
siente hacia su agresor: el maltrato psicológico.
Existe un tipo de violencia sorda, muda, invisible: el
maltrato psicológico. La mayoría de las definiciones coinciden en
describir el maltrato psicológico como cualquier tipo de comportamiento
repetido de carácter físico, verbal, activo o pasivo, que agrede a la estabilidad
emocional de la víctima, de forma continua y sistemático. El objetivo de dicho
comportamiento es hacer sufrir a la víctima mediante la intimidación,
culpabilización o desvalorización aprovechando el amor o cariño que ésta siente
hacia su agresor.
Este tipo de maltrato es el más difícil de identificar
y evaluar por lo que la gravedad se estima según su frecuencia e impacto
psicológico que ocasiona a la víctima. A pesar de que muchas personas lo
asocian con las malas relaciones de pareja, el maltrato psicológico puede
aparecer en distintos ámbitos. pareja, familia y trabajo, pudiendo ejercerse
por parte de un hombre hacia una mujer o viceversa.
A continuación, te mostramos cómo puedes reconocerlo, cuál es el perfil de
víctima y maltratador y cómo podemos actuar para prevenirlo y para romper con
las cadenas emocionales que atan a la persona maltratada de aquella que la maneja
psicológicamente.
El maltrato psicológico se subdivide en las
siguientes categorías en cuanto a sus manifestaciones:
Maltrato económico o financiero
El maltratador quiere controlar de forma absoluta
los recursos económicos de la víctima. Para ello controla sus ingresos, no le
permite trabajar, le solicita que justifique los gastos, le obliga a pedir
préstamos, le permite un presupuesto de gasto límite, hace las compras para que
la víctima no tenga dinero, le corta el teléfono, no le permite el acceso a las
cuentas bancarias, le castiga/recompensa con el dinero, etcétera.
Maltrato estructural
El maltratador ejerce un poder sobre la víctima
basándose en la desigualdad que, según él le hace superior. Para ello emplea
frases para desvalorizarle y con imperativos (por ejemplo “esto es así porque
quiero yo”), toma decisiones sin consultarle, le cuestiona las suyas, le
recuerda sus fallos de forma persistente, no se compromete a hacer nada por
ella, le obliga a asumir responsabilidades, le obliga a mantener relaciones
sexuales y la castiga con la indiferencia o el enfado cuando se niega a
mantenerlas.
Maltrato espiritual
Se refiere a la eliminación o ridiculización de
las creencias o ideales de la víctima obligándole a aceptar las suyas propias.
En este caso el maltratador no le deja elegir o minusvalora sus decisiones,
constantemente le recuerda que sabe hacer las cosas mejor que ella, no le
permite hacer actos acorde a sus creencias o los ridiculiza, habla mal de
personas que comparten los ideales de ésta…
Maltrato social
Tiene lugar cuando se aísla a la víctima
reduciendo sus relaciones sociales, controlándolas o ridiculizándola delante de
éstas. Otras de las manifestaciones son escuchar sus conversaciones, leer sus
mensajes de texto o correo electrónico, le restringe las relaciones con sus
familiares y amigos, le acompaña de forma obligada siempre que queda con
amigos, no le da oportunidades para conocer gente nueva, le ridiculiza cuando
habla delante de otras personas, le saca defectos delante de sus amigos,
etcétera.
Fuente: Vanesa Fernández López,
Psicóloga, especialista en emociones
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