La
atrofia vaginal es una de las afecciones más comunes en mujeres durante
la menopausia que conlleva un sinfín de síntomas que no hace más que
tambalear su calidad de vida. Además, es la primera causa de dispareunia
(dolor durante el coito) lo que puede acarrear más de un problema
sexual, que lleva incluso, en determinadas ocasiones, a un rechazo absoluto de las relaciones.
La atrofia vaginal se trata de la pérdida del efecto de los estrógenos
sobre la vagina y estas hormonas "son las responsables de mantener en
buenas condiciones el epitelio de la vagina", comenta Lola Pérez Jaraíz,
ginecóloga del Hospital Quirón San José. La mucosa vaginal se vuelve
más fina y más seca y se "producen cambios en el equilibrio de la flora
vaginal y en el pH que pueden predisponer a la aparición de infecciones
vaginales y urinarias".
De este modo, mantiene la especialista,
la atrofia vaginal, y en general la urogenital, es la causa más
frecuente de dispareunia y cistitis de repetición en la mujer
postmenopaúsica, que se produce de manera secundaria a la disminución
hormonal.
Además, este trastorno "se considera una causa
generadora de disfunciones sexuales globales, ya que el dolor evita la
actividad sexual y acaba produciendo problemas de deseo, trastorno de
excitación y anorgasmia de manera secundaria", explica la doctora
Francisca Molero, directora del Instituto de Sexología de Barcelona y
vicepresidenta de la Federación Española de Sexología (FESS).
La incidencia de esta patología oscila entre un 47% y un 52%, tanto en
la población española como a nivel mundial, según informa Pérez Jaraíz,
directora también del Instituto de Sexología de Barcelona.
Hidratantes y lubricantes
Los síntomas más claros que genera son: sequedad vaginal, ardor, picor
y, en ocasiones, un aumento de la frecuencia de la micción y dolor al
orinar.
En cuanto una mujer note alguno de estas alteraciones
(las que suelen aparecer primero son la sequedad vaginal y las molestias
en las relaciones sexuales), debe acudir inmediatamente al
especialista.
"Muchas mujeres piensan que lo normal es tener
molestias vaginales y que por tanto deben asumirlo como algo inevitable.
Pero es muy importante que pregunten a su médico por los posibles
tratamientos", comenta Pérez Jaraíz.
Actualmente, explica
Molero, los tratamientos tienen el objetivo de mantener la vagina y el
resto de los tejidos urogenitales en las mejores condiciones posibles.
Así, actualmente, existen a nivel farmacológico hidratantes, que deben
utilizarse varias veces por semana, y lubricantes, para usar en el
momento de las relaciones para evitar el dolor. También se pueden
emplear cremas con estrógenos para aplicar en la vagina, que reducen los
efectos del déficit hormonal en la piel del área genital.
"Mantener una actividad sexual regularmente mejora la función vaginal
preservando su elasticidad y previniendo el estrechamiento del introito
vaginal", asegura Pérez Jaraiz. Por otro lado, si por diversas razones
no se pueden mantener relaciones sexuales, la especialista recomienda el
uso de dilatadores vaginales.
Es muy importante que se usen
las cremas hidratantes vaginales que recomienda el ginecólogo. Toda
mujer menopáusica que refiera problemas de sequedad o que se objetiven
en la revisión ginecológica, advierte Molero, deben ser tratadas. "Si
según vamos cumpliendo años vamos dándonos cada vez más cremas, ¿por qué
nos las aplicamos en todo el cuerpo y evitamos la zona genital?",
concluye Pérez Jaraíz.
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