A meditar con tus niños. Cuatro técnicas sencillas para enseñarles cómo aquietar la mente
“Meditar es una forma de acercarte a tus hijos y sus inquietudes”.
La felicidad es un estado natural en los
niños siempre y cuando sus necesidades estén bien satisfechas. Entre
estas necesidades están las más conocidas como el albergue, el alimento y
el amor. Además hay una necesidad que en ocasiones se descuida y es la tranquilidad, la paz mental.
La tranquilidad o la relajación son
espacios de descanso mental, muchas veces inducidos por la naturaleza.
La relajación se experimenta esos domingos que nos quedamos en casa, sin
prisa ni compromisos.Esos
espacios son meditativos, o donde la mente está quieta. Son de gran
importancia porque la gran mayoría de las teorías del desarrollo humano
consideran el uso de la meditación, o el descanso mental como piedra angular en la salud holística del niño. Por ejemplo, su sistema endocrino (hormonal) obtiene su equilibrio a través de momentos meditativos.
Por otro lado, el desarrollo psicológico del niño deriva en una gran dosis de autoestima cuando se siente tranquilo y en paz consigo mismo, y así maneja mejor su atención, su energía y su motivación intrínseca. Otro gran beneficio de la meditación es su capacidad de prevenir enfermedades
que afectan grandemente a la población infantil y juvenil, como la
diabetes o el sobrepeso.Recientemente el doctor Dean Ornish compartió un
estudio, de más de tres décadas, donde encontró que la yoga y la meditación, combinados con cambios en los hábitos,pueden prevenir e incluso revertir los efectos de las enfermedades crónicas.
Es por estas y otras razones que los niños tienen una gran necesidad de
experimentar y saber cómo utilizar técnicas meditativas para su
desarrollo.
Técnicas sencillas para meditar con los niños:
1. La contemplación:
Al perder nuestra mirada en el vasto
océano, al disfrutar de un lindo atardecer, al acostarse sobre la grama a
mirar un hermoso árbol, experimentamos espacios de contemplación. En
este estado meditativo nuestro cuerpo segrega seratonina y nuestro
sistema nervioso parasimpático produce una reducción de nuestras
reacciones por el estrés.
Es como si quitáramos el acelerador del
auto y así disfrutáramos de esa reducción en la velocidad mental de
nuestro cerebro hasta llegar a la quietud y detenernos.
2. La respiración consciente:
Observar atentamente nuestra inhalación y exhalación durante unos minutos también nos permite aquietar nuestros pensamientos y preocupaciones.
El mero hecho de tomar unas respiraciones profundas mejora nuestro
insumo de oxigeno y la liberación del dióxido de carbono de nuestros
pulmones.
3. La observación consciente:
Los niños son curiosos por naturaleza,
por lo tanto se les puede invitar a que observen con detenimiento un
objeto. Por ejemplo una hoja, observar sus colores, su estructura, su
contornos, sus diferencias y similitudes a otras hojas. Este proceso de atención al detalle los captura y les permite regresar a la magia del momento presente.
4. El arte:
La pintura de mandalas les
ofrece capturar mediante los colores la sabiduría primordial de los
estados meditativos. Este ejercicio es tanto bueno para adultos como
para niños y permite que nuestra mente se ilumine en la paz interior.Todas
estas sugerencias pueden ser utilizadas para cuidar y salvaguardar la
salud emocional, intelectual y física de los niños y jóvenes.
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