lunes, 17 de octubre de 2016

Manejar las Emociones

Cuando una emoción agradable o desagradable surge en nuestro interior de manera casi inmediata y automática la clasificamos. Por lo general, ese discurso interno que sucede es para negar o refutar el estado que se esta viviendo ya que se intenta racionalizar la emoción. Sumado a esto, al comentarlo con otras personas estas terminan reforzando lo que ya se había pensado con comentarios como:
¿Por qué te sientes así? no es para tanto.
¡Qué bobo(a) eres!
Pierdes tu tiempo sintiéndote así.
¿Por qué estas tan feliz? aún no has alcanzado el objetivo.
¡Que estupidez! mejor ocúpate en solucionar en vez de estar llorando.
Las emociones aparecen en el cuerpo para cumplir una función anatómica reguladora. A su vez, se estima que éstas tienen varios sistemas de respuesta, uno es totalmente cognitivo y subjetivo, otro es conductual y expresivo y, por último, también esta presente el fisiológico y adaptativo.
Ahora bien, ¿Por qué si las emociones tienen sus funciones especificas y canales de expresión en el ser humano, siendo totalmente normal su presencia, se es tan complejo validar una emoción?.
Por cuestiones culturales estamos acostumbrados a restarle importancia a las emociones como una alternativa para aliviar el malestar y sufrimiento propio y ajeno. Existe la tendencia a evadir para no asumir la experiencia en sí por ser traumática, aterradora o porque suponemos que esta mal vista socialmente.
La interrogante es… ¿cómo se valida una emoción si estamos acostumbrados a no hacerlo?
Puedes seguir estos sencillos pasos para lograrlo:
  1. Reconocer e identificar la presencia de la emoción poniéndole el nombre correcto a la misma, rabia, alegría, tristeza, felicidad, miedo…
  2. Identificar en que parte del cuerpo se manifiesta, por ejemplo: aumento del ritmo cardíaco, sudoración de las manos, temblores, contracciones vicerales, entre otras.
  3. Aceptar la condición humana que tenemos todos y que sencillamente es parte de la vida.
  4. Evitar negar su aparición.
  5. Aceptar que la emoción presente tiene un sentido y una finalidad, si es posible (en tu caso) descubrir cuál haciéndote preguntas como: ¿Qué estaba haciendo antes de que apareciera la emoción? ¿Qué origina, entonces, su presencia? ¿Cómo te hace sentir física y emocionalmente éste estado? y ¿Cuáles son los pensamientos que están predominando en ese momento?. Estas preguntas te ayudarán a entender la emoción.
  6. Permitir y vivir en su totalidad la aparición de la emoción sin rechazarla, juzgarla ni criticarla. Solo dejarla estar.
Así se valida una emoción; Sin embargo, esto no significa que después de haberla aceptado, específicamente las desagradables como el miedo, la tristeza o la ira, se van a lanzar como flechas punzantes hacia los demás como si el mundo entero tuviera la culpa de tu situación. ¡Por supuesto que NO!. Es totalmente tu responsabilidad gestionar en ti esa emoción y resolver tu situación sin que signifique lastimar a alguien en el camino.
Ciertamente no es un proceso fácil, pero te garantizamos que la práctica hace al maestro. Inténtalo y si no puedes aquí estamos para ayudarte.

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