Existen
varios factores que determinan la forma de llevar a cabo una ruptura
sentimental, de los que dependen que la ruptura sea más o menos dolorosa. Cuando
rompemos o perdemos a alguien, siempre hay que pasar por unas fases de duelo,
pero las emociones que experimentemos dependerán de varios factores.
Estos factores
son el papel que juegan cada uno de los miembros en la separación, la gratificación que se obtuviera de esa
relación, el tipo de apego con el que cada persona afronta una relación y la
interpretación que hacemos de los motivos de la ruptura; es lo que conocemos
como “guiones de separación”.
- Papel dentro de la separación
Normalmente,
el que toma la iniciativa está mucho más preparado para la separación y es
probable que sea a quien le resulte más fácil, ya que ha ido desarrollando
durante un tiempo la posibilidad de ruptura y asumiendo las emociones que
hayan ido surgiendo durante mas tiempo; mientras que la otra parte al
encontrarse la situación tiene un periodo de perdida mas corto para asumirlo.
A las
personas que están altamente implicadas en una relación, pero que en realidad
obtienen poco de ésta en cuanto a gratificaciones y beneficios objetivos,
puede resultarles más fácil de lo que esperaban superar una ruptura
definitiva.
Del mismo
modo, a las personas que no están profundamente implicadas emocionalmente,
pero que se benefician en gran medida con la relación, puede resultarles más
difícil de lo que esperaban el superar una ruptura.
Así, la dificultad real a la hora de superar una
ruptura no necesariamente coincide con la dificultad esperada.
Las
personas con un apego seguro tienen una mejor ruptura, aunque pasan por
períodos de profundo dolor, rehacen mejor su vida.Si tienen razones para
romper, lo hacen con más facilidad que los ansiosos y mejor que los
evitativos.
Los de apego
ansioso tienen mayor dificultad para romper una relación, aunque estén
convencidos de que deben hacerlo, porque les da mucho miedo la soledad.
Los de apego
evitativo tienen, aparentemente, una fácil ruptura. Toman decisiones de forma
teóricamente fácil en el caso de que tengan razones para romper. Esto es
debido a que desarrollan mecanismos de defensa que los protegen de una
implicación profunda con la otra persona.
Las
personas crean interpretaciones, no solamente lo que ocurre durante una
relación, sino también lo que ocurre cuando ésta termina. En muchas
ocasiones,
ninguno de los miembros de una relación comprende
exactamente qué es lo que fue mal, o hacen interpretaciones erróneas de lo
que paso para poder superarlo con el mínimo dolor posible. Normalmente se
señala a la otra persona como la principal responsable de la ruptura. Generalmente
tales interpretaciones no hacen justicia a lo que realmente paso, y en algún momento
es guion o las interpretaciones se desmoronan o los errores cometidos se volverán
a repetir en futuras relaciones conduciendo al mismo final y con las mismas
consecuencias.
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