ALERGIAS
La alergia se define como un aumento de la capacidad del organismo para
reaccionar ante una sustancia extraña, -generalmente después de un contacto
anterior con dicha sustancia-, que produce la aparición de manifestaciones más
o menos violentas distintas a la reacción generada durante el primer contacto.
Se trata de una hipersensibilidad en la que intervienen fenómenos
inmunológicos.
La persona alérgica vive una
contradicción interna. Una parte de ella quiere algo y otra parte se lo
prohíbe. Y lo mismo le sucede con las personas. Quiere mucho a alguien y
depende de él; una parte de sí desea la presencia de ese alguien, y otra parte
le dice que debería arreglárselas sin él, rechazando esta dependencia. De este
modo, termina por encontrar defectos en la persona amada. A menudo las personas
alérgicas tienen padres cuyas ideas son, en muchos aspectos, opuestas. Otro
elemento de la alergia es que se convierte en un medio para llamar la atención;
sobre todo si su manifestación es del tipo en el que la persona se ahoga y
necesita la intervención de los demás.
Si sufres de alguna alergia, encuentra la situación o la persona hacia la
cual sientes hostilidad y cuya aprobación buscas al mismo tiempo; generalmente
es una persona cercana. Crees que si actúas según las expectativas de esa
persona serás verdaderamente querido. Reconoce que te has vuelto dependiente de
su aprobación o de su reconocimiento. No creas que tienes que ser sumiso para
ser querido.
Es interesante subrayar que
la persona se vuelve con frecuencia alérgica a algo que le gusta. Por ejemplo,
te encantan los productos lácteos y eres alérgico a ellos. Si eres alérgico a
un alimento, tal vez te resulte difícil concederte el derecho de experimentar
placer con las cosas buenas de la vida.
Sería mucho más fácil y
agradable para ti darte cuenta de que para llamar la atención de tus seres
queridos no es necesario ponerte enfermo. El hecho de que en el pasado lograras atención
enfermándote, no significa que es la única forma de conseguirla.
Si eres alérgico al polvo o
a un animal, puede ser que te sientas agredido por los demás. ¿Por qué crees
que quieren hacerlo? Te sugiero que revises tus propios pensamientos de
agresividad. En general, los temores que sentimos ante los demás son un reflejo
de lo que ocurre en nuestro interior.
En lugar de creer que tu
alergia procede de algún factor externo, te sugiero que revises lo que sucedió
en las veinticuatro horas anteriores a que apareciera la reacción alérgica.
Trata de observar qué persona te resulta intolerable o insoportable. Como no
puedes cambiar a los demás, no te queda más remedio que aprender a ver con los
ojos del corazón.
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