Mitos populares sobre el sexo:
mentiras, medias verdades y cosas que ignoramos
Dado que el
sexo es una de las actividades que más interesan a la especie humana, los
mitos, medias verdades y exageraciones campan a sus anchas
Existen
muchas exageraciones y medias verdades en torno al sexo.
Dado que el
sexo es una de las actividades que más interesan a la especie humana, pero no
tiene la misma visibilidad que el resto de nuestras preocupaciones, los mitos
sobre el mismo campan a sus anchas. Aunque en los últimos años las
investigaciones sobre el sexo han avanzado una barbaridad, y cada vez estamos
más culturizados sobre el tema, hay afirmaciones completamente falsas que
seguimos dando por buenas, aunque fueron desmentidas hace mucho tiempo por
la ciencia.
En su nuevo
libro Don't Put That in There!: And 69 Other Sex Myths Debunked
(St. Martin's Griffin), las profesoras de pediatría (sí, de pediatría) de la
Universidad de Indiana, Aaron Carroll y Rachel Vreeman, desmontan
los mitos más extendidos sobre el sexo y contextualizan las afirmaciones más
habituales. Estos son nueve de los mitos más comunes que se exploran en el
volumen.
1. “La
longitud media del pene es de 15 centímetros”: FALSO
“Existe una
gran diferencia entre los estudios que preguntan a los hombres cuánto mide su
pene y aquellos que realmente miden la longitud de este”, explica Carroll.
“Cuando los hombres se miden el pene su tamaño medio es de entre 14 y 16
centímetros. Pero en los estudios en los que un urólogo mide el tamaño
real del pene el tamaño medio es menor. En muchos de esos estudios la
media está entre los 12 y los 13 centímetros”.
La realidad
es que el tamaño del pene (que se mide siempre erecto), varía
enormemente entre los hombres: una longitud entre los 10 y los 19
centímetros es considerada normal.
2. “Las
ostras y el chocolate son afrodisiacos”: BASTANTE FALSO
Desde
tiempos remotos el hombre ha tratado de buscar comidas afrodisiacas con el
objetivo de mejorar sus relaciones sexuales y, aún hoy en día, hay quien
cree que llevar a su amada a cenar ostras garantizará una noche de intenso
placer. Si bien es cierto que algunos alimentos tienen propiedades
que pueden ayudar a despertar el deseo sexual, hay que recordar que
su poder es limitado, por no decir prácticamente inexistente.
Al tratar de
replicar estos estudios realizando ensayos clínicos controlados con pruebas de
doble-ciego no se ha encontrando muchas evidencias de que funcionan
Hay estudios
que han comprobado diversos efectos sobre la libido de alimentos como las
ostras, el chocolate o las fresas, pero es difícil distinguir qué incremento
del deseo sexual proviene de sus características nutricionales y cuál se debe
al efecto placebo. “Al tratar de replicar estos estudios realizando ensayos
clínicos controlados con pruebas de doble-ciego no se han encontrado muchas
evidencias de que funcionan”, explica Carrol en una entrevista en la revista Vox.
“Algunas personas han realizado estudios con ratas, a las que han alimentado
con todo tipo de cosas, y han funcionado. Pero la sexualidad de los humanos es
un poquito más complicada. Existe una falta total de evidencia”.
3. “Los
hombres están más interesados en el sexo que las mujeres”: FALSO
Se han
realizado cientos de estudios que confirman lo que muchos siguen sin
creerse: los hombres y mujeres tienen las mismas necesidades de
mantener relaciones sexuales, y las mismas ganas. El problema es que su
forma de entender y experimentar el sexo suele ser distinta. La libido femenina
aumenta con el tiempo y las mujeres alcanzan la madurez sexual hacia los 35
años, pero el deseo, no obstante, se ve afectado por la propia rutina de una
relación amorosa. Las mujeres, sencillamente, se aburren
de estar con el mismo hombre. Algo que no le ocurre tanto a los
hombres.
Durante
décadas, las teorías evolutivas clásicas han apuntalado la visión tradicional
de los roles sexuales de hombres y mujeres. Según estas el hombre
tiende más a la poligamia como estrategia para asegurar su descendencia,
mientras que las mujeres son monógamas por naturaleza para salvaguardar la
crianza de los niños. Pero numerosos estudios científicos han demostrado que
esto es falso, un mito que se ha perpetuado demasiado
tiempo, reprimiendo la sexualidad de las mujeres.
El sexo
casual no siempre tiene consecuencias negativas.
4. “La
circuncisión amortigua la sensación de placer”: FALSO
Existe la
idea de que la circuncisión tiene efectos negativos sobre la satisfacción
sexual, debido a que el prepucio se vuelve más insensible al carecer de
protección. Pero aunque esto pueda parecer una idea lógica, no tiene ninguna
base científica. Es más, se han realizado estudios con personas que se han
sometido a la circuncisión de adultos y, lejos de empeorar su satisfacción
sexual, esta mejoró: sus penes se volvieron más sensibles. Se desconoce aún si
esta sensibilidad puede disminuir con el tiempo, pero no hay evidencias de que
la circuncisión sea problemática en lo que al sexo respecta.
5. “La
eyaculación femenina sólo existe en el porno”: QUIZÁS
Si nos
adentramos en el abrumador mundo del porno en internet encontraremos cientos de
vídeos con mujeres que eyaculan. El squirting, que así se
conoce al asunto, consiste en la expulsión de una cantidad variable de fluido
producido por las glándulas de Skene de algunas mujeres durante el orgasmo. Pero,
aunque hay muchísimo material audiovisual que registra el asunto, es difícil
encontrar a mujeres que hayan experimentado esta eyaculación en la vida real y
apenas existen estudios científicos sobre el tema.
No se ha
podido probar científicamente la existencia del punto G, aunque muchas mujeres
aseguran sentirlo
“Sólo hay un
estudio real que ha investigado el asunto, aunque era muy pequeño”, explica
Carroll. “Participaron 38 mujeres, y no se observó ninguna expulsión de
fluido. Sus conclusiones fueron que no existía. Pero, ¿es
cierto? ¿No pueden encontrar en internet a alguien que eyacule todo el rato y
estudiarle?”
6. “Algo
ocurre en la pared anterior de la vagina, el famoso punto G”: ESO PARECE
La
sexóloga Beverly Whipple fue la primera que dio nombre al
punto G –en honor a su verdadero descubridor, el médico alemán Ernst
Gräfenberg–, una zona en la que, según ella, el 90% de las mujeres
estudiadas sentían una mayor sensibilidad sexual. Desde un primer momento,
el punto G estuvo rodeado de un gran escepticismo que llega hasta nuestros
días, entre otras cosas porque, pese a que muchas mujeres dicen sentir un
placer especial en un punto indeterminado en la pared de la vagina, los científicos no han sido capaces de
encontrar una zona que sea realmente más sensible.
“No se ha
podido probar científicamente la existencia del punto G”, asegura Carroll. “Los escáneres no
logran ver ninguna parte de la vagina que parezca diferente, ni por su flujo
sanguíneo ni por sus terminaciones nerviosas”. Pese a esto, las mujeres siguen
diciendo que sienten algo. Se trata de un misterio que aún debe
resolverse.
El sexo suele ser más placentero cuando se practica
con una pareja estable. (Corbis)
“Si defines
los sueños húmedos como una fantasía intensa que acaba en un orgasmo entonces
también lo tienen las mujeres, y con mucha más frecuencia de lo que creemos”,
explica Carroll. En uno de los más famosos estudios sobre sexo realizados nunca
(y uno de los primeros), dirigido por el sexólogo Alfred Kinsey en
los años 50, el 40% de las mujeres participantes reconocieron haber tenido alguna
vez sueños húmedos. Una cifra, que a día de hoy, sería seguro más elevada.
Un estudio
más reciente realizado por la Universidad Midwestern, citado en el libro de las
pediatras, concluyó que el 30% de las mujeres habían tenido al menos un sueño
húmedo en el último año.
8. “Las
mujeres alcanzan su plenitud sexual más tarde”: DEPENDE
Es habitual
escuchar que las mujeres alcanzan su plenitud sexual pasados los 30, más tarde
que la mayoría de los hombres. Pero esto es algo bastante incierto. Para
empezar ¿qué es la plenitud sexual? Se trata de un concepto tan utilizado
como ambiguo. ¿Es la plenitud hacer más el amor o hacerlo mejor? ¿Es
hacerlo con más gente o hacerlo con la misma persona?
Las mujeres,
tanto las solteras como las casadas, tienen sexo con más frecuencia a los 20
Si hablamos
de la frecuencia del sexo, los cierto es que las mujeres hacen más el amor
de jóvenes que los hombres. Los hombres solteros hacen más el amor a los
30, y los casados a los 40. Las mujeres, tanto las solteras como las casadas,
tienen sexo con más frecuencia a los 20. Pero todo esto no quiere decir que el
sexo sea mejor, ni que sea una realidad para todo el mundo. Lo cierto es que,
en este terreno, no existe ninguna verdad contrastada.
9. “Puedes
pillar una enfermedad de transmisión sexual en un aseo”: FALSO
“No se
conoce ningún caso de una Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS) que haya sido
contagiada en un retrete”, asegura Carroll. La realidad, es que no deberíamos
temer a los aseos públicos, ni por este tipo de enfermedades ni por el resto. “Es
asombroso lo asustada que está la gente de pillar algo en un retrete. La
realidad es que el váter es siempre lo que más limpio está en un baño, porque
es la cosa que más nos preocupamos por lavar”, explica la pediatra.
Lo cierto es
que es casi imposible pillar una ETS si no es practicando sexo (de ahí
su nombre). Los patógenos que causan estas enfermedades no sobreviven fuera del
cuerpo humano y mueren casi de inmediato en contacto con la superficie
terrestre.
Fuente: El Confidencial. Miguel Ayuso
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